12 de mayo de 2005

Al cuidado de otros

Ah no me digas,
estás sentada con el secador y ella dándote la espalda
seguro ves mechones como flamas enroscados en orejas y pestañas
No se si quiero escuchar que los conduces
y te siguen
deslizándose en medias
Anotá las veces que me amagan con las manos o los labios,
dales un paradero anónimo que les parezca cercano,
como enfrente o a la vuelta,
Decime la llegada de noviembre con la certeza de los blisters acabados
Es una anomalía,
te lo digo,
esta carrocería fluorescente sin cantos ni cola de caballo
aquí alojan nucas en filas de uno y dos
se miran como novatos ciegos.
Algo quiebra la fórmica,
destartala el aluminio y
concava los blindex
un rayo de minutos con atraso

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